Las iglesias y las peluquerías reabrieron este lunes en Panamá, que busca poco a poco reactivar la vida social y nuevos sectores económicos, pese al avance de la pandemia en el país con más contagios por covid-19 de Centroamérica.

"Me ha dado un gran gozo estar aquí este día, después de cinco meses de no hacer una misa presencial, para mí ha sido un gozo tremendo", dijo a la AFP Gladys Díaz, de 76 años, tras asistir a una misa en la iglesia del Carmen, en el centro de Ciudad de Panamá.

Templos y peluquerías reabrieron este lunes solo con la presencia de mujeres, debido a que en la capital panameña y sus alrededores hay una cuarentena por género, donde hombres y mujeres pueden salir dos horas diarias en días alternos.

En la iglesia del Carmen, una de los principales templos católicos de la capital panameña, las bancas de madera para los feligreses fueron sustituidas por sillas individuales de plástico, distanciadas unas de otras para cumplir con las medidas biosanitarias.

En la misa, tanto el sacerdote como el público presente llevaban mascarillas de protección.

La sectorización por género es "limitante", pero la gente "lo ha comprendido porque ya llevamos 5 meses" con estas restricciones y saben "que se tiene que hacer así", dijo el sacerdote Fray Alonso.

Panamá, con cuatro millones de habitantes, presenta el mayor número de contagios por covid-19 de Centroamérica, con más de 82.000 infectados y 1.788 muertos.

El país ha pasado de unos 200 contagios diarios a más de 1.200 en las últimas semanas tras la reapertura de varios sectores económicos como industria, comercio digital, talleres, servicios técnicos, construcción y pesca.

Las barberías y salones de belleza han podido reabrir este lunes, aunque solo pueden atender por previa cita y hasta con un 50% de la capacidad del establecimiento.

El gobierno panameño pretende recuperar paulatinamente los más de 200.000 contratos cancelados por la pandemia y atenuar las críticas crecientes contra la cuarentena.

"Quiero tener el pelo más o menos (bien). No como me sentía yo una vieja de mierda, te digo, llegué a sentirme una vieja de mierda, a esto llegué yo", lamentó a la AFP la panameña Nieves tras salir de la peluquería.

"Para nosotros es muy difícil subsistir siguiendo con esta regla, esta norma de día de hombres y día de mujeres", dijo la peluquera Nelly Gamarra.